jueves, 19 de mayo de 2011

La Revolución de los Jóvenes

Esta es la imagen de propaganda que se usaba para las manifestaciones que se realizaron en las ciudades de toda España convocadas para el 15 de mayo a las 18:00. A raíz de este movimiento de Democracia real ya! han despertado muchas conciencias antes dormidas, o como se lee mucho por twitter -término muy español-, que estaban "echándose la siesta".Tras la manifestación muchos de los presentes se quedaron "de acampada" en los puntos más importantes de Madrid y Barcelona (La puerta del Sol y Plaza  de Cataluña) para reivindicar de forma pacífica la mala situación política del país y poder llegar a conseguir un cambio de sistema.
Se oye  en los medios -lo poco y mal que nombran lo que está ocurriendo- que es un movimiento impulsado por y para jóvenes. Pues bien, en principio así era, pero se ha hecho extenso a toda la población: niños que en un futuro serán jóvenes, jóvenes, adultos que tienen hijos y abuelos por sus nietos, que piden un futuro, no ya mejor, sino un futuro en sí. Las reivindicaciones de este movimiento: el 40% de paro juvenil, los recortes del gobierno, el bipartidismo, la "falsa" democracia, la no representación de las necesidades de los cuidadanos en un estado socialista... Las quejas son susceptibles a cada persona: cada cual tiene sus malestares, sus inquietudes y sus temores, ya que no encuentran garantizados sus derechos básicos: trabajo y vivienda. 
¿Y el gobierno, partidos y sindicatos -que son todos aquellos contra los que "atentan" de forma pacífica los indignados- qué están haciendo ante estas quejas, ante estas manifestaciones ocurridas por todo el estado y de forma multitudinaria? Mirar para otro lado como no podía ser de otra forma. Ahora bien, hay matices.
En un principio, no le otorgaban importancia, lo que se dice "hacer como si nada" hubiera ocurrido. Ahora, sin embargo, después de las acampadas que cada vez se extienden por más puntos del país y son cada vez más numerosas -en cuanto a número de acampados- muchos quieren unirse a la causa: hay algunos que los apoyan moralmente, como Izquierda Unida; otros que lo usan en su favor -estúpidamente pues el movimiento es especialmente en contra de ellos- como -oportunista por excelencia-, el PP; y otros dicen que atenderán a las demandas, pero en su lugar prohiben las acampadas pacíficas (sí, el PSOE). Por otro lado, están los sindicatos que ya durante las manifestaciones quisieron hacerse eco, pero no lo lograron: el abucheo fue especialmente intenso en la puerta de CC.OO en Barcelona.
Parece ser que una semilla se ha plantado en la conciencia social de muchos españoles con respecto a la política del país, y especialmente con el sistema actual. No se trata, pues, de un partido en concreto -el PSOE que gobierna en la actualidad- sino de todos ellos: no se sienten represandos por ninguno. Y toda la reacción aparece en el momento más delicado para el sistema político español: a escasos días de las elecciones autonómicas convocadas para el 22 de mayo. Lo que no lograron los sindicatos en la "fracasada" huelga del 29-S -pues es innegable el hecho de que no recibió el apoyo que los sindicatos esperaban- se ha logrado con esta causa que se ha ido extendiendo gracias a las redes sociales. ¿Democracia 2.0? El movimiento es algo impensable sin internet y sin las redes sociales: Twitter, Facebook o Tuenti, que han sido las principales vías para la propaganda de la convocatoria (en este mismo orden de importancia). Para todo aquel que quiera información sobre la manifestación y la acampada en las distintas ciudades del país no encontrará información suficiente ni veraz en los medios de comunicación. Quizás la fuente más real, aunque si bien es cierto un tanto variable -en cuanto a cifras cada cual tiene su cálculo-, sea la red social Twitter; en cuestión de un minuto puedes leer 50 tweets sobre lo que se está aconteciendo en las acampadas más importantes -buscar #acampadasol y #acampadabcn-. Desde allí se hacen retransmisiones en directo, se cuelgan fotos, piden alimentos o cualquier artilugio que necesiten para la organización del movimiento -quizás más en la acampada en Bcn que en la de Madrid-.
Manifestación del 15 de Mayo
De todo ello, extrapolamos que este es un movimiento que se ha formado en estos años posteriores de crisis, de malestares sociales, de paro y necesidades no cubiertas; añadiendo a ello la buena situación de los políticos  -con sueldos mensuales que superan el sueldo medio anual de un español de a pie-, y la corrupción que los rodea como si de un campo magnético se tratara. Es muy probable el hecho de que las revueltas en el mundo árabe hayan despertado en todos nosotros -me incluyo como ciudadana- un sentimiento revolucionario que nos hace sumarnos en esa ola de cambio que parece arrastrar a todo sistema injusto, equívoco o, como en la mayoría de los casos, disfrazado de algo que no es. 
Algo de todo esto es seguro: el cambio está cerca y la fecha 15 de Mayo de 2011 quedará marcada en los libros de historia como ya  ha quedado inmortalizado el 25 de Enero, Día de la Ira en Egipto, en la Revolución de los Jóvenes.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Celda 2, celda 4... ¿sólo son números?

La noticia que se viene vaticinando desde hace unos días es la siguiente: la celda de la cartuja de Valldemossa donde supuestamente vivió Chopin con la escritora George Sand y sus hijos entre diciembre de 1838 y febrero de 1839, no es la número 2 como se exponía al público desde hace ya varios años. Un juez ha dictaminado que las pruebas encontradas dan la razón a la propietaria de la celda número 2 al pedir que se dejase de dar falsa publicidad a la celda número 4, así como al supuesto piano que tocaba Chopin y todas las pertenencias que en esa estancia se encontraban y se suponían impregnadas de una porción de vida del pianista.
                                              
Vídeo de la noticia en RTVE 


Sin embargo, esa no es la cuestión. La noticia la podemos leer en cualquier medio (o así debería ser, al menos). Lo que me lleva a reflexionar sobre el tema es un artículo que he encontrado de Quim Monzó en La Vanguardia que me ha llamado la atención y del que destaco el párrafo final:  

“Restituir la autenticidad de los hechos es justo y lógico, en aras de la verdad y la historia. Pero, si sólo fuese por los turistas, no valdría la pena molestarse. Para la inmensa mayoría de ellos la autenticidad tiene escasa importancia, porque lo que les gusta es revolcarse en la mitomanía, y que sea aproximada les da igual. ¿Creen que los que visitan Florencia y contemplan el David de Miguel Ángel que hay en la Piazza della Signoria sin saber que es una copia se llevarían una decepción si lo supiesen? Hará cosa de diez años, me encontré, frente al edificio de Les Punxes, a unos turistas con mapa. Observaban alternativamente al mapa y al edificio y, señalando a este, para salir de dudas me preguntaron: “¿Gaudí?”. Para no defraudarlos les dije que sí. Es tan fácil hacerlos felices. Tengan por seguro que les importa un pito si la celda de Chopin fue la 4 o la 2.”
Pues bien, yo he estado de turismo en Mallorca, y sí, es lugar obligado la visita a la estancia de Chopin. ¿Cree, señor Monzó, que me da igual que el lugar que yo vi fascinada por hallarme donde años, muchos años antes, había estado uno de los más grandes pianistas del romanticismo al que admiro profundamente sea fruto de una burda copia para los estúpidos turistas crédulos e inocentes que digieren, sin pensar en ello, todo lo que allá por donde pasan les ofrecen? Yo creí que había pisado el mismo suelo por el que el gran Chopin paseaba en otro tiempo; ver sus partituras manuscritas por las mismas manos que -se decía-  tocaron el piano que allí se exhibía; respirar el aire de la estancia que un día se impregnaba de su fragancia…
No puedo ahora recordar el precioso lugar tan calculadamente ordenado sin que una punzada, tan fina como el trazo de sus manuscritos allí hallados en un escaparate pulcramente brillante, me devuelva a la disfrazada realidad de un rincón montañoso perdido por Mallorca.  
Puede que tenga algo de razón, en lo de que a muchos no les importa que se exhiban las copias en lugar de las obras reales; es más, hay muchos turistas que ni les preocupa la cultura o historia del lugar que visitan -como es el caso de España, turismo de sol y playa meramente- pero hay una minoría a los que sí nos importa, y esa minoría es la que se siente hoy ampliamente triste y decepcionada.